domingo, 20 de enero de 2013

Valorar y sentirse valorada

Hace poco tuvimos una especie de evento especial en mi trabajo para los trabajadores, y había vino después. Lo "chocante" fue ver como aquellos con la posición más alta de mi lugar de trabajo  eran los que nos llevaban las bandejas con las copas de vino o aparecían a ofrecernos frutos secos o palitos de pan y queso, salados.

Mi nuevo jefe, a diferencia del anterior, se ha ido parando uno a uno con todos los trabajadores para presentarse personalmente, y preguntarnos nuestro nombre.La segunda vez que me vio, se acordaba del mío.



El año pasado , el Dalai Lama vino a recoger un premio. Durante la mañana, tuvo varias reuniones y siempre era acompañado por un séquito de guardaespaldas y gente. Le habían preparado una alfombra roja con jarrones de flores a los lados, pasando por una puerta grande, y el Dalai Lama se negó a ir por la alfombra. Abrió la pequeña puerta lateral para dejar pasar a todo el mundo, quedándose él al final. Luego saludó a una de mis compañeras la cual estaba vigilando esa puerta y comentó que le encantaba su país de origen.




Todos somos humanos. Estamos compuestos de lo mismo. Los habrán más poderosos, menos, pero todo lo que hacemos tiene una consecuencia en la gente que nos rodea, en nuestro barrio , nuestra empresa, nuestra ciudad, o nuestro país. Muchos líderes se olvidan de esta verdad. Pero cuando alguien "de arriba" se acerca a "los de abajo", esa  persona "de abajo" se siente especial, valorada. Descubre que lo que hace, aunque insignificante a primera vista, tiene un valor. 

Y ¿a quién no le gusta sentirse valorado?.

Llamadme vanidosa, pero a mi me encanta sentirme valorada en mi trabajo. Por eso cuando voy a otro sitio, siempre doy las gracias o deseo un buen dia a esa persona que me atiende.

¿Cuándo fue la última vez que alguno de vuestros superiores os hizo sentir valorados/as?