domingo, 24 de marzo de 2013

Pausar y apreciar lo cotidiano.


Vivimos en un mundo de locos, y parece que hemos olvidado que de vez en cuando hay que reposar, dejarse llevar por la belleza de lo que nos rodea,  por la naturaleza, o simplemente de “perder el tiempo”.

Una de las cosas que siempre me ha atraído de la cultura japonesa es como aún entre la monotonía, los agobios y las presiones de la vida moderna, aún conservan tradiciones que conllevan un proceso lento y lleno de detalles, o el amor por la naturaleza . Por ejemplo, con los cerezos en flor el país se convierte en una fiesta.


O el caso del único pino superviviente del tsunami de hace dos años, el cual al morir ha sido inmortalizado en resina. Este modelo artificial ha sido instalado donde estuvo el original  para recordar la resistencia y la supervivencia ante las catástrofes.

Hay una meticulosidad, una apreciación de los detalles como la forma de ponerse el kimono, o el orden de los trazos al escribir, que hemos perdido en el mundo Occidental. Nos importa el resultado antes que el proceso, y es entonces cuando perdemos parte del aprendizaje a la hora de realizar cualquier tarea.

Quizá sería bueno para nosotros detenernos de vez en cuando y dedicar más tiempo y meticulosidad a algunas de nuestras tareas cotidianas. A mí, personalmente, hacerlo me relaja bastante.


Nuestra mente nos los agradecerá. Porque en esos momentos, en la simpleza de simplemente detenerse 10 segundos a mirar el cielo al atardecer cuando salimos del metro, es donde encontramos la felicidad.   

jueves, 14 de marzo de 2013

Querido mundo...

Sé que hay días mejores que otros. Que hay épocas en las que parece que todo nos va estupendamente y otras en las que todo va mal. Pero me hace mucha gracia cuando la gente dice: " es que el mundo está en contra mía"(mundo, Dios, universo etc, etc.)

Un día pensé que no es posible que el mundo esté tan aburrido como para dedicarse a molestar a un sólo individuo. ¿Cómo elige a la "víctima" el mundo? ¿Tira una ruleta ,(inmensa, por cierto, para elegir entre 7 billones de personas) a ver a quién le toca?¿Tiene una inmensa urna con nombres dobladitos y saca unos cuantos cada día?¿No tiene suficiente con intentar sobrevivir a todo lo que estamos haciendo con él, con las guerras, ataques al medio ambiente, agujeros en la capa de ozono, exterminación de especies...?Me imagino al mundo ideando en cómo fastidiar el día a Fulanito. "¿Y si hago que pise una caca de perro?¿Y si paro el metro a la hora que lo coge para que llegue tarde?" .

Por eso me puse en el lugar del mundo. ¿Qué pensaría el mundo, al escuchar tantas quejas injustas?¿Cómo se sentiría?¿Cómo me sentiría yo si alguien que no conozco y que vive en Rusia me culpara de que se le ha estropeado la lavadora?Y de ahí creé la carta de la imagen.


Entiendo que nos creamos especiales y únicos, Lo somos, por supuesto. Pero¿ somos tan especiales que estamos por encima de una masa de billones de años de edad? Nosotros, que vivimos una media de 80 o 100 años, somos tan importantes para nuestro planeta como para nosotros una hormiga o un mosquito.¿Por qué entonces perder el tiempo en maldecir y culpar al mundo, o al universo , en vez de intentar mirar dentro de nosotros mismos o a nuestro inmediato alrededor para encontrar una solución?

domingo, 3 de marzo de 2013

Tomar decisiones y aceptar las consecuencias.



Dentro de un mes , por fin cumpliré uno de mis grandes sueños en la vida : ir a Japón. Es un viaje que llevo soñando media vida, una cultura que me lleva fascinando desde que tenía 8 años.

Llegar a este viaje me ha llevado muchos quebraderos de cabeza: económicos,  no permitirme muchos caprichos, trabajar horas extra, estudiar mucho el idioma y salir poco. Hay momentos en que estoy agotada mental o económicamente, o ando nerviosa perdida. Pero no me quejo . Sé que es mi elección irme ahora  y de la forma en la que lo haré. Soy consciente de que si hubiese administrado mejor mi tiempo y mi dinero no tendría este agobio, y admito mi culpa. He aprendido mi lección y las cosas me están saliendo mejor.

Es como si   hay dos caminos : uno asfaltado y largo, y uno corto pero lleno de barro. Nosotros decidimos meternos por el que está lleno de barro para llegar antes, pero nos manchamos completamente. Y entonces nos enfadamos y nos quejamos al ayuntamiento o al barrendero de por qué no han asfaltado el camino corto.

Nuestra vida es en mayor parte el resultado de nuestras decisiones y acciones con respecto  a las circunstancias que se nos presentan.

Igual que ser feliz. Para ser felices, hay que elegir la felicidad, y hacer los sacrificios o concesiones que nos permitan estar más a gusto con nosotros mismos. Si no lo hacemos, no podemos culpar a nadie más que a nosotros mismos de nuestra desdicha.

Si quiero ir a Japón con los cerezos en flor este año, tengo que apretarme el cinturón. Lo que no puedo es gastarme 300 libras en ropa de primavera-verano y luego quejarme que no puedo pillarme un hotel en forma de casa tradicional japonesa . En cambio sé que cuando esté en ese hotel , cada minuto de sacrificio habrá merecido y mucho, la pena.